Teatro de la interdisciplinariedad: Cineastas sin película
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Performing Arts

Teatro de la interdisciplinariedad: Cineastas sin película

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Cineastas, Mariano Pensotti. Imagen: Carlos Furman

En los quince años que han transcurrido desde que Mariano Pensotti comenzó su carrera, este director y dramaturgo ha pasado a ser una figura prominente del teatro contemporáneo latinoamericano, lo que contradice la opinión generalizada de que se trata de un género emergente. Si bien hoy en día se desempeña fundamentalmente como dramaturgo y director de teatro, su formación se inició en las artes visuales y la cinematografía. Su introducción al teatro surgió a través de la experimentación con la actuación durante esos años formativos y sus numerosas obras representan una variedad de influencias. Con frecuencia se desempeña simultáneamente como dramaturgo y director y en sus obras intercambia técnicas, combina elementos auditorios y visuales, y a menudo mezcla géneros como la danza, el teatro, la literatura, la música y, sobre todo, el cine. En este sentido, Cineastas no constituye una excepción. Como homenaje al cine en forma de obra teatral, Cineastas trata de las vidas de cuatro cineastas, cada uno en el proceso de dirigir una película. Como obra, explora el tiempo, la influencia de la ficción en la realidad, la representación (ficticia) de una ciudad – en este caso, Buenos Aires – a través de personajes (ficticios), y el contraste entre lo efímero y lo permanente. Se presenta en un complejo dispositivo escenográfico de dos niveles, diseñado por Mariana Tirantte; en uno  se retrata las vidas de los cineastas, en el otro las obras que producen, y así se crea un espacio para la interacción entre ambos. Esta obra, con estratos y niveles de gran complejidad, tanto literal como figurada, se estrenó en 2013 y se presentará esta semana en el Walker dentro de la serie Out There 2015.

Probablemente a causa de su multifacética formación, el enfoque de Pensotti para la creación teatral se basa en la experimentación y la combinación de elementos. En una entrevista con Julia Elena Sagaseta en 2010, señala que “las primeras dos o tres obras fueron claramente obras de formación, buscando, probando, acertando en algunas cosas, equivocándome en otras, y me reconozco mucho en eso, en un proceso de formación que estuvo muy vinculado al hacer. Yo vengo de un grupo, de una generación muy influida por el espíritu punk del ‘hágalo usted mismo’ y la educación formal me pasó un poco por el costado. Para mí siempre fue muy importante hacer muchas cosas.” Su sitio web, en el que abundan descripciones poéticas de sus cuantiosas obras, ilustra claramente lo que quiere decir: Noche en las cataratas (2003) incluye proyecciones de video en los cuerpos de los personajes, de manera que “conviviendo en el mismo cuerpo, dos formas del mismo personaje se superponen”; Sucio (2007/2009), “un musical de la angustia masculina”, combina la danza, el teatro, la literatura y la música; Interiores (2007) se realiza en un edificio verdadero con situaciones ficticias establecidas en las distintas habitaciones donde se desarrollan las narrativas y donde aparece “la actuación como un devenir cinematográfico y el espectador como la cámara”, y Disco (2007), que se desarolla dentro de una discoteca con paredes transparentes en donde varios dramaturgos escriben, en vivo, textos cortos inspirados por la música que escuchan, al tiempo que se proyecta en video tanto a los dramaturgos como a los actores que se encuentran dentro de la discoteca.

Integrar video al teatro no es una idea nueva – los dramaturgos de la primera mitad del siglo pasado, entre ellos Bertolt Brecht, ya experimentaban con el cine en el escenario – pero lo que es realmente original es la manera en que Pensotti combina estas dos formas de expresión. Como señala Liliana B. López en la revista territorio teatral:

“El film en la escena abre ‘un espacio en el espacio’, funciona como una metaimagen que dialoga de diversas maneras con la escena. Si bien éste suele ser el modo más frecuente y directo de interrelación, no es excluyente. El pasado es un animal grotesco es original en cuanto a la diversidad de modos y perspectivas de establecer el cruce entre el teatro y el cine… resulta provocador para explorar las posibles relaciones entre ambos lenguajes, a saber: a) mediante citas; b)  tematizado; c) como constructor de imaginarios; d) en tanto material visible y, e) como lenguaje cuya gramática resulta apropiada por la escena.”

El pasado es un animal grotesco se presentó en el Walker en el 2012 como parte de Out There 2012: Global Visionaries. Basado en la canción del mismo título de la banda Of Montreal, El pasado es un animal grotesco se enfoca en los paralelos entre ciudad e individuo, y en la relación entre ficciones y narrativas específicas. En su sitio web, Pensotti explica: “Narrar el pasado como poner la voz en off que le de sentido a los fragmentos dispersos de una película que se perdió para siempre.El pasado es como un animal extraño que debe ser inventado y atrapado a partir de rastros difusos”. El uso de elementos cinematográficos, aunque no siempre incluyan el uso de video, se ha convertido en el rasgo distintivo de la obra de Pensotti.

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Dispositivo de ‘El pasado es un animal grotesco’ (imagen de Matias Sendon); dispositivo de ‘Cineastas’ (imagen de Carlos Furman)

Pensotti utiliza técnicas similares en Cineastas, lo que dado el título de la obra, resulta aun más significativo. Aunque no utiliza video, el lenguaje visual y otros elementos de la producción evocan una representación cinematográfica. Pensotti ha producido un par de obras entre El pasado es un animal grotesco y Cineastas, pero dadas las semejanzas que existen entre ambas, resulta apropiado que se presenten consecutivamente en el Walker. Tanto en El pasado es un animal grotesco como en Cineastas, la escenografía forma parte importante del efecto cinematográfico de la obra. El dispositivo de dos niveles de Cineastas crea un efecto que se asemeja al “split screen” que se utiliza en cine, mientras que el dispositivo motorizado que va rotando en el escenario de El pasado es un animal grotesco permite ver escenas breves en las vidas de los personajes, que, como describe Pensotti, “son momentos pequeños, actuados en tiempo real y en clave cinematográfica, que dan cuenta de un momento específico en la vida de cada personaje”. Cineastas, como El pasado es un animal grotesco, también utiliza voces en off como para agregar otro nivel a la narrativa, y la temática trata de la relación entre lo efímero y lo permanente. Sin embargo, a diferencia de algunas de sus otras obras, en Cineastas Pensotti no hace referencia a ninguna película ni cineasta específico. Aunque condujo entrevistas con  varios cineastas durante el proceso de preparación, éstos se mantienen anónimos y la obra es completamente ficticia. No obstante, como nota Meiyin Wang, directora de Under the Radar, Pensotti logra “tomar inspiración del mundo del cine y llenar la escenografía con una intimidad épica, haciendo uso exclusivamente de actores y escenografía” (mí traducción).

En Cineastas abundan los paralelos, tanto literales como figurados. La obra explora el contraste entre lo efímero (el teatro, la vida) y lo duradero (el cine, el arte); entre ficción (las películas creadas por los cineastas) y narrativa (sus vidas);  entre individuo y sociedad (Pensotti, inmerso en la cultura de su ciudad natal de Buenos Aires, se concentra en su representación y en la relación existente entre ciudad e individuo, así como en las ficciones que de ella resultan). Jackie Fletcher señala en una crítica que Cineastas “presenta un uso complejo e ingenioso de diversos dispositivos teatrales, pero es ante todo una obra profundamente humana, basada en el trabajo de actores que nos ofrecen personajes de quienes cualquiera de nosotros podríamos ser amigos” (mí traducción). Este énfasis en la experiencia humana es lo que todas las obras de Pensotti resulten accesibles. Su interés en el paso del tiempo y su representación nos deja preguntándonos, como lo hace en su sitio web:

¿Son las vidas vehículos para que las obras de arte se eternicen, haciéndonos repetir cosas que hemos visto en ellas cientos de veces previamente? ¿Nuestras ficciones reflejan el mundo o es el mundo una proyección distorsionada de nuestras ficciones? ¿Cómo influyen la vida, las experiencias cotidianas, a las ficciones y sobretodo en qué medida han sido construidas nuestras vidas a partir de ficciones?

Tal vez, como dice Pensotti citando a Ingmar Bergman, “sólo lo efímero es duradero.”

Cineastas se presentará este fin de semana, enero 22-24, en el Walker. En español con subtítulos en inglés.

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